UN ENCUENTRO

"En una fuga de Bach está contenida toda la filosofía de Occidente".
(Max Regel).

¿Cuánta distorsión, no?.
Cuánta asincronía de movimientos.
Cuántas dudas.
Cuántos temores.
¿Cómo te llamas?
Qué mas da mi nombre. Soy Alguien.
Debes decirme cómo te llamas para porder dirigirme a ti.
Ya te estás dirigiendo a mi.
No. Estoy hablando contigo, que es diferente.
Aaaahhhh!. ¿Y dónde está la diferencia?.
Pués,... pués, no lo se.
¿Entonces?
¿No oyes esa bulla?
¿Cuál?
La distorsión de ese Violoncelo.
¿Cuál?
¿No escuchas esa melodía de Bach?
¿La Suitte?
Sí. La misma.
¡Claro que la escucho!. No soy sordo, además para qué crees que estoy aquí.
¿Y, cómo es que no oyes la desviación?.
Porque yo sólo escucho la música.
Claro, no entiendes de música.
¡Oh, sí, si que entiendo!; de hecho aprendí musicología.
¡Imposible! Si fuera así, la hubiéses notado.
¿El qué?
¡La distorsión!
Yo sólo escucho, ya te lo dije.
¿Y llevas mucho tiempo aquí?
Bueno, eso depende.
¿De qué?
Del Tiempo.
¿Pero qué dices, estás loco?
No.
¡Qué tío más raro eres, colega!.
Y si te parezco tan raro, ¿qué haces aquí?
Lo mismo que tú. Escucho música.
No si sólo oyes la distorsión.
¡Es que no puedo oir la verdadera composición si no se toca bien!
¿Y qué es Bien para ti?
Lo correcto.
Lo correcto no Existe. ¿Has observado la inexactitud de la Naturaleza?.
No. Nunca había pensado que la Naturaleza fuera errónea.
No has entendido nada ¿Verdad?
Pues la verdad es que no. Creo que eres un tipo muy extravagante.
Lo soy. Pero quítale el "extra". Y si quieres sigue mi consejo.
¿Qué consejo? No me has dado ninguno, ya que ninguno he oido.
Ese es tu problema.
No sabía que tuviera un problema.
Bueno, Todos tenemos alguno. Unos por fuera, otros por dentro, y otros por fuera y por dentro.
¡Pero mira que eres raro, tío!
Jajajaja. Perdón que me ría, pero que iluso eres.
¡No te consiento insultos, señor sabelotodo de nosabenada!
Jajajaja. Ser niño es sano, no pierdas nunca esa capacidad.
A ver. Dime el consejo y me largo.
Escucha la música.
¿Ese es el consejo? Y, ¿eso es un consejo?.
Sí. Tú sólo oyes la desfiguración, pero eres incapaz de escuchar la música. Te pasa lo que a la gran mayoría, por eso no comprendiste mi consejo.
Y sigo sin entenderlo. Además de toda esa jerga que ya pasó de moda.
La Vida siempre es lo mismo, y las Especies también. Tan sólo avanzan por inercia. el Hombre es costumbrista por Inercia, tan Simple y tan Complejo.
¿Y de dónde has sacado tú tanta sabiduría?. Porque sólo de pedir por las esquinas, sucio y maloliente, no habrá sido, ¿no?.
Sí. Un día decidí que iba a Escuchar, y me senté en esta esquina. Depués de muchos años, decidí viajar. El Mundo es muy grande, ¿sabes?, pero Todo es Igual. En cualquier parte, con cualquier animal. Y volví aquí, porque es dónde mejor tocan las Bellísimas composiciones de Bach.
De verdad que no entiendes de música, tío. O eso, o me estás engañando. Si tanto has viajado, y si eres musicólogo, habrás estado en los mejores Teatros y Auditorios del mundo, así que ¿cómo vas a comparar la Gran Orquesta de Japón, Berlín, Londres, y otras tantas con estos musiquillos recién estrenados en el Conservatorio, que apenas conocen tres compases seguidos se paran en las aceras para pagarse el cachito de hachís o el saque de coca del viernes por la noche. Tío, pero tú en qué mundo vives, de qué vas.
Más que ir, yo Vengo, ¡ah!, y nunca dije que fuera musicólogo, dije que lo había aprendido.
¿Y no es lo mismo?
No.
¿Por qué?
Porque Soy Alguien. Todo lo demás son Aditivos, y tú has de aprender a escuchar detrás de la confusión de las palabras. A veces éstas hacen mucho ruido y no te dejan apreciar la Belleza del significado, y para eso no hace falta saber hablar. Tampoco entender. El idioma es lo de menos. Aprende a escuchar y el error se irá. Creéme. Si te da la gana de hacerlo, lógicamente.

Y después de largos siglos de Escucha, estuve allí durante toda la tarde, disfrutando de las suittes para violoncello, y el clave bien temperado, que los muchachos del Conservatorio habían elegido para trasmitir, a los ancianos y a mi que cruzábamos las piernas y los brazos sobre una silla de madera plegable en aquel limpio y triste parque, que a través de la Música se puede expresar, algo que también era deseo de Bach; La Palabra bien temperada. Escuchar, para entendernos.
Y allí continúo. Oyendo el cercano Ruido a lo lejos , pero Disfrutando Plácidamente de lo Esencial en este momento; La Música.

VALK.