NUESTRA PREMISA

"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida, tu derecho a expresarlo".
(Voltaire).
__________________________________

SED BIENVENIDOS

.......y aquí están mis ganas de Ser lo que Soy y Compartir, recíprocamente, aunque para ello me salte todas las reglas gramaticales, y tenga faltas de ortografía, o comas que no sé bien donde poner, y tildes que relucen por su ausencia, o refulgen por su presencia, cuando ni la una ni la otra opción son la más adecuada a la palabra)……pero son, mis ganas, y como a nadie ofendo, les doy el merecido placer de ser libres.....
Os damos la Bienvenida, Mi Guelfor y yo, con los oidos grabados en las pupilas, y el corazón plasmado en los pulgares. Nada más que decir, sólo:

PASAD:
_________________________________

UN POCO DE ORDEN EN ESTE GALIMATÍAS

viernes, 21 de agosto de 2009

SOBRE DERECHOS

(La Agencia de Noticias Coránicas de Irán, destacaba en una entrevista con el teólogo islamista, Musa Gunes, quien afirmaba que: "Occidente trata de desviar a las mujeres de su papel principal y real en la sociedad, presionándolas con lemas vanos sobre libertad e igualdad." También añadió que una de las tácticas que utilizan es apartar a las mujeres de sus familias, atrayéndolas al mercado laboral.


¡QUE ESTE TIPO DE COMENTARIOS NUNCA MÁS SE VUELVAN A ESCUCHAR!.).

Hoy han sido las elecciones en Afganistán, y también han premiado el trabajo periodístico realizado por una periodista china, a favor de los derechos humanos. Aquí plasmo un escrito puro y real que describe la verdad.

Recomendación: si podéis, leed el texto mientras escucháis Carmina Burano.
Fuente de la Imagen: Manuel Hernandez I.




VENGO DESDE EL AYER



Vengo desde el ayer, desde el pasado oscuro y olvidado con las manos atadas por el tiempo con la boca sellada desde épocas remotas.

Vengo cargada de dolores antiguos, recogidos por siglos, arrastando cadenas largas e indestructibles.

Vengo desde la oscuridad, del pozo del olvido con el silencio a cuestas, con el miedo ancestral que ha corroído mi alma desde el principio de los tiempos.

Vengo de ser esclava por milenios, esclava de maneras diferentes: sometida al deseo de mi raptor en Persia, esclavizada en Grecia bajo el poder Romano, convertida en vestal en las tierras de Egipto, ofrecida a los dioses en ritos milenarios, vendida en el desierto o canjeada como una mercancía.

Vengo de ser apedreada por adúltera en las calles de Jerusalén por una turba de hipócritas, pecadores de todas las especies que clamaban al cielo mi castigo.

He sido mutilada en muchos pueblos para privar mi cuerpo de placeres y convertida en animal de carga, trabajadora y paridora de la especie.

Me han violado sin límite en todos los rincones del planeta sin que cuente mi edad madura o tierna, o importe mi color o mi estatura.

Debí servir ayer a los señores, prestarme a sus deseos, entregarme, donarme, destruirme, olvidarme de ser una entre miles.

He sido barragona de un señor en Castilla, esposa de un Marqués y concubina de un comerciante Griego, prostituta en Bombay y en Filipinas, y siempre ha sido igual mi tratamiento. De unos y de otros siempre esclava, de unos y de otros, dependiente, menor de edad en todos los asuntos, invisible en la historia más reciente.

Yo no tuve la luz del alfabeto. Durante largos siglos aboné con mis lágrimas la tierra que debí cultivar desde mi infancia.

He recorrido el mundo en millones de vidas que me han sido entregadas una a una. Y he conocido a todos los hombres del planeta. Los grandes y pequeños, los bravos y cobardes, los viles, los honestos, los buenos, los terribles. Más, casi todos, llevan la marca de los tiempos. Unos manejan vidas como amos y señores, asfixian, aprisionan y aniquilan. Otros dejan almas, comercian con ideas, asustan o seducen, manipulan y oprimen. Yo los conozco a todos, estuve cerca de unos y de otros, sirviendo cada día, recogiendo migajas, bajando la cérviz a cada paso, cumpliendo con mi karma.

He recorrido todos los caminos, he arañado paredes y ensayado silencios tratando de cumplir con el mandato de ser como ellos quieren, más, no lo he conseguido. Jamás se permitió que yo escogiera el rumbo de mi vida.

He caminado siempre en una disyuntiva, ser santa o prostituta.

He conocido el odio de los inquisidores que a nombre de la "Santa Madre Iglesia" (ironía femenina), condenaron mi cuerpo a su servicio y a las infames llamas de la hoguera.

Me han llamado de múltiples maneras: bruja, loca, adivina, pervertida, aliada de satán, esclava de la carne, seductora, ninfómana, culpable de los males de la tierra. Pero seguí viviendo, arando, cosechando, cosiendo, construyendo, cocinando, tejiendo, curando, protegiendo, pariendo, criando, amamantando, cuidando, y sobre todo, amando.

He poblado la tierra de amos, de esclavos, de ricos y mendigos, de genios y de idiotas, pero todos tuvieron el calor de mi vientre, mi sangre y su alimento, y se llevaron un poco de mi vida.

Logré sobrevivir a la conquista brutal y despiadada de Castilla en las tierras de América, pero perdí mis dioses y mi tierra, y mi vientre parió gente mestiza después que el amo me tomó a la fuerza. Y en este continente mancillado, proseguí mi existencia cargada de dolores cotidianos, negra y esclava, en medio de la Hacienda, me ví obligada a recibir al Amo cuántas veces quisiera, sin poder expresar alguna queja.
Después fui costurera, campesina, sirvienta, labradora, madre de muchos hijos miserables, vendedora ambulante, curandera, cuidadora de niños o de ancianos, artesana de manos prodigiosas, tejedora, bordadora, obrera, maestra, secretaria, enfermera.
Siempre sirviendo a todos, convertida en abeja o sementera, cumpliendo las tareas más ingratas, moldeada como cántaro por las manos ajenas.
Y un día me dolí de mis angustias, un día me cansé de mis trajines, abandoné el desierto y el océano, bajé de la montaña, atravesé las selvas y confines, y convertí mi voz, dulce y tranquila, en bocina del viento, en grito universal y enloquecido.
Y convoqué a la viuda, a la casada, a la mujer del pueblo, a la soltera, a la madre angustiada, a la fea, a la recién parida, a la violada, a la triste, a la callada, a la hermosa, a la pobre, a la afligida, a la ignorante, a la fiel, a la engañada, a la prostituida.
Vinieron miles de mujeres juntas a escuchar mis arengas, se habló de los dolores milenarios, de las largas cadenas que los siglos nos cargaron a cuestas.
Y formamos con todas nuestras quejas, un caudaloso río que empezó a recorrer el Universo, ahogando la injusticia y el olvido.
El mundo se quedó paralizado, los hombres y mujeres no caminaron, se pararon las máquinas, los tornos, los grandes edificios y las fábricas, ministerios y hoteles, talleres y oficinas, hospitales y tiendas, hogares y cocinas.
Las mujeres, por fin, lo descubrimos. ¡Somos tan poderosas como ellos, y somos muchas más sobre la tierra!. ¡Más que el silencio y más que el sufrimiento!. ¡Más que la infamia y más que la miseria!.
Que este canto resuene en las lejanas tierras de Indochina, en las arenas cálidas del África, en Alaska y América Latina, llamando a la igualdad entre los géneros a construir un mundo solidario- distinto, horizontal, sin poderíos- a conjugar ternura, paz u vida, a beber de la ciencia sin distingos. A derrotar el odio y los prejuicios, el poder de unos pocos, las mezquinas fronteras, a amasar con las manos de ambos sexos el pan de la existencia.

XahOlg.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contribuyentes

Seguidores